El 2 de marzo de 1858 Bernadette se fue al presbiterio y se presentó al Abad Peyramale, párroco de Lourdes, para transmitirle las palabras de la Virgen “Que soy era Immaculada Concepciou” (Soy la Inmaculada Concepción).
Un trozo de pared del antiguo jardín y la puerta por donde pasó Bernadette han sido conservados. Una placa menciona este recuerdo.
Hoy en día, este edificio acoge la Casa de Europa.
Un trozo de pared del antiguo jardín y la puerta por donde pasó Bernadette han sido conservados. Una placa menciona este recuerdo.
Hoy en día, este edificio acoge la Casa de Europa.